Física. "Todo Niño, Niña, Joven Tiene la Potencialidad de Ser un Genio."
- Carolina Sharma
- 24 ene 2023
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 20 may 2023
Autora: María Elena Gómez

Empiezo a contarles de mi vida académica y científica respondiéndome una inquietud: ¿Cómo llegó mi vocación por la ciencia y como cumplí mis sueños? Influenciaron muchos factores: mi interés en el estudio, las oportunidades de becas que tuve la fortuna de recibir a lo largo de mi vida, y el apoyo de mi familia y amigas. No se cumplen los sueños ni las metas académicas como personas solas y aisladas; se requiere del apoyo de aquellos que nos rodean, nos aman, y quieren darnos la oportunidad de llegar hasta donde nuestras mentes y trabajo duro lo permitan.
Nací en Bogotá, pero crecí en un municipio en medio de un ambiente campesino patriarcal. En mi familia de 9 hijos, 3 éramos mujeres. Fui a la escuela pública del municipio hasta cuarto de primaria. Luego fui a un colegio público en Ubaté, el municipio más cercano, hasta noveno grado. Finalmente, terminé el bachillerato en el colegio Departamental de la Merced, en Bogotá. Estudié física en la Universidad Nacional de Colombia (1970-74) y gracias a que fui beneficiaria de un préstamo del ICETEX, pude dedicarme al estudio, comprar los libros y pagar mi transporte.
Tuve la fortuna de contar con una familia que me brindó techo y comida durante mi carrera. La ruta que tomó mi vida (no puedo aseverar que hayan sido decisiones conscientes) la debo al propósito de mi madre de realizar en mí lo que su padre quiso para ella. Esa motivación y apoyo permanente de mi madre y un entorno de tíos que estudiaban diferentes ramas de la ingeniería hizo que yo quisiese ser la mejor estudiante en el colegio, y lo logré. Estando en el colegio fue una profesora de física quien realmente me motivó para que estudiara ciencias y no ingeniería. La primera idea de investigación la capturé cuando estaba culminando mi carrera, no antes como muchos lo hacen hoy en día, en una asignatura con la que una podía ir a los laboratorios de investigación. Esa experiencia de ver los lugares donde se desarrolla la ciencia despertó en mí el deseo de indagar y conocer más. Aunque fue un camino difícil y exigente, gracias a varias motivaciones y apoyo presentes en mi vida, logré culminar la carrera de física.

Cuando terminé mis estudios, lo único que tenía claro era que iba a enseñar física en alguna universidad, lo cual de por sí era un gran reto como profesional y mujer en ese campo. Quería ser una docente perfecta, a la que estudiantes y colegas respetaran por su calidad de enseñanza y aportes a la investigación. Después de muchas vueltas y grandes oportunidades laborales en universidades de Colombia, mi esposo y yo salimos favorecidos con una beca alemana para hacer la maestría y el doctorado. El inicio en Alemania fue duro: viajamos con una niña de 22 meses y tuve a mi segundo hijo en Alemania. Así que yo adelantaba mi trabajo doctoral entre 8 am y 5 pm. No fue fácil combinar las responsabilidades de ser estudiante y madre, o docente y madre al mismo tiempo. Tuve dos hijos más (tengo cuatro en total), así que mi vida familiar necesitó de mucho apoyo cuando pude concluir mi doctorado 20 años más tarde desarrollando mi tesis en una universidad en California, Estados Unidos. Durante toda mi carrera, tuve la fortuna de contar con hermanas y amigas que “me reemplazaron” en mis ausencias (mi madre trabajaba), pero soy consciente que esto no es viable para muchas otras profesionales.
Mi vida académica ha estado llena de satisfacciones personales y laborales. He contribuido en la formación de muchos profesionales en las ciencias en Colombia, he dirigido numerosas investigaciones, y asesorado estudiantes de postgrado. Tengo el orgullo de haberle inculcado el amor por el estudio y la ciencia a mis tres hijos e hija, que también han salido adelante con sus sueños académicos y personales. Y algo que me hace muy feliz es que he logrado abrir espacios laborales para las mujeres en la ciencia en nuestro país y demostrado que los años de esfuerzo y dedicación conducen a logros personales y como familia.

Hoy ya estoy jubilada, pero sigo con una fuerte motivación para impulsar el conocimiento científico en niños y niñas, jóvenes. Lo que quiero transmitir a los y las jóvenes que me leen: no importa el entorno en el que crezcas; importa la motivación que encuentres y la que busques; importa tu autovaloración y el empeño que pongas en alcanzar metas en tu formación de una carrera científica. Un físico cosmólogo muy conocido afirma: “Todo niño o niña o joven tiene la potencialidad de ser un genio”. Hay mucho para aprender y herramientas disponibles que antes no existían. Aprovecha tu tiempo en la escuela, leyendo libros y usando el internet, y usa tus aprendizajes para hacerte cada vez más preguntas que te hagan ir por nuevo conocimiento. ¡No pares!
A quienes ya están en una formación profesional, tengan presente siempre que EL LEGADO QUE UN ESTUDIO UNIVERSITARIO TE DEBE DEJAR ES LA FORMACIÓN QUE ADQUIERES: aprender a formular preguntas y a buscar respuestas. Cuando seas profesional, vuela como un dron por el mundo de preguntas abiertas que el conocimiento adquirido te permite acercarte a una posible metodología, al alcance de tu disponibilidad de recursos.
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