Astronomía."Soñando con entender las estrellas".
¡Hola! Soy Luz Ángela García. Nací y crecí en Bogotá y desde muy pequeña mis padres han destacado mi curiosidad, mi gusto por la naturaleza y mi disfrute de las matemáticas. Lo último no me sorprende pues una tía que siempre he admirado estudió matemáticas y se especializó en estadística, y me mostró la belleza de las matemáticas con libros como “El Diablo de los Números” o me enseñó simples cálculos para reforzar mi agilidad.
Sin embargo, no fueron las matemáticas, sino el campo de las ciencias naturales lo que ocupó mi atención desde muy corta edad. Teniendo 8 años construí un Sistema Solar en la pared del cuarto que compartía con mis hermanos. Recuerdan en casa, que los planetas los pinté con tempera y que traté de capturar los detalles más destacados de cada uno. Por supuesto, mi reproducción de nuestro Sistema Solar tenía a Plutón al final.
Por esta actividad, y por mi constante interés en enciclopedias y documentales sobre el Universo y sus constituyentes, me regalaron un telescopio pequeño esa navidad. Aún lo conservo porque era como un lindo presagio de mi futuro profesional. Por la misma época también leía muchísima mitología griega, y aprendí los nombres de muchos astros que fueron bautizados en honor de los dioses y héroes helenos, o sus equivalentes romanos.
Otra cosa que recuerdo claramente de mi infancia es que a los 7 años me inscribieron en la liga de gimnasia de Bogotá, lo que me hizo mucho más disciplinada y muy persistente. Al comienzo, no me resultaban fáciles las figuras y rutinas de gimnasia de piso, pero quería lograrlo y competir, entonces practicaba fuera de los horarios de la liga y en el colegio. Esta temprana lección resultó muy valiosa para enfrentar los desafíos propios de la carrera que estudié.
Ya en mi adolescencia resultaba claro que mi futuro profesional estaría enmarcado en una carrera de ciencias. Recuerdo que mi papá me daba muchos juegos de lógica para que los resolviera, y yo los hacía todos encantada. Participé y gané varias olimpiadas matemáticas del colegio, y luego encontré la serie de vídeos de Cosmos, “Un viaje personal de Carl Sagan”. Me los devoré, y siento que ahí fue el punto donde se encendió mi pasión por el universo, razón por la cual más tarde me convertiría en astrónoma.
Pero es sólo hasta el final de la secundaria que decidí estudiar física por la forma en que esta ciencia se aproxima a la descripción de los fenómenos. Dos experiencias fueron relevantes en mi decisión. Por un lado, pude hacer experimentos descrestantes con un kit de óptica. Luego participé en un stand de Expociencia en el que expliqué con otros amigos las líneas de emisión que se presentan en los tubos de rayos catódicos con gases ideales en su interior. Aún hoy cuando recuerdo esas experiencias, siento que todas las “pistas” sobre mi futuro profesional estaban puestas para que descubriera que sería de mí más adelante.
La época universitaria me resultó complicada de navegar al comienzo porque el nivel académico de la universidad era mucho más complejo. En la Universidad Nacional, donde ingresé a hacer mi pregrado en física, mis pares eran muy destacados. Yo sentí que necesitaba aprender a estudiar de forma eficiente, a trabajar en equipo y a aprovechar el tiempo de la mejor manera. Creo que ha sido una de las etapas más felices y productivas de mi vida. Aprendí un montón sobre física, pero también comprendí cosas de mí misma que desconocía, como que puedo lograr lo que me proponga si persisto y trazo un plan. Y a partir de ese momento comencé a materializar mi sueño de hacer investigación en astronomía. Esta ciencia engloba todas las disciplinas que me gustaron desde niña: la física, la química, la biología y las matemáticas. Siempre he tenido gran interés por entender por qué el Universo se ve como lo vemos, con todos esos fenómenos que vamos descubriendo mediante la observación continua y el trabajo constante de grupos de científicos que se especializan en sistemas muy particulares e interesantes.
Cuando llegó el momento de buscar mi doctorado, inicialmente pensé que iría a
Alemania, y comencé a estudiar alemán. Apliqué a un par de programas, pero no ofrecían beca completa (cubrían la matrícula, pero no la manutención), por lo que decidí no tomar esas opciones. Sin embargo, mantuve mi mente abierta a diferentes posibilidades de becas en otros países. En algún punto, alguien me recomendó revisar el portal de la American Physical Society (Sociedad Americana de Física), en el capítulo de trabajos y opciones de estudio, y ahí encontré un proyecto de doctorado que iniciaría en 2014 en Australia. Contacté a quien sería mi directora y ella me dio la oportunidad de trabajar en una versión del proyecto que me gustaba mucho y que ella inicialmente había planteado. Fue muy gratificante como ella me apoyó desde el comienzo.
La ciencia me ha permitido viajar a muchos lugares, aprender inglés y tener nociones de otras lenguas. También me ha brindado la oportunidad de conocer personas maravillosas y diversas con costumbres de culturas fascinantes. Fue así como aparte de ser becada para hacer mi maestría en el Observatorio Astronómico Nacional (en Bogotá, Colombia), pude estudiar mi doctorado en astronomía en Swinburne University of Technology (en Melbourne, Australia). Durante mi trabajo postdoctoral, he recibido patrocinios para asistir a varias conferencias y estar siempre actualizada con los últimos desarrollos en mi campo de conocimiento.
Hoy hago parte de varias colaboraciones e investigo en la Universidad ECCI, en Bogotá. Asimismo, me desempeño como docente de física y astronomía, y trato de hacer divulgación de la ciencia a todo nivel, con charlas, notas de divulgación, vídeos y twits (mi cuenta es @PenLua). Estoy muy feliz y agradecida por como mi carrera se ha dado. No ha sido fácil, ha habido muchos momentos difíciles y altibajos. Pero he aprendido que hay que ser constante, disciplinada y, ante todo, que debo creer en mí misma. Creo que soy capaz de lograr lo que me propongo con la receta que le atañen a Albert Einstein: “99% inspiración y 1% talento”. Estoy convencida de que los sueños se cumplen si uno los busca y trabaja incansablemente para llegar a la meta, sin descuidar la familia ni la salud física y mental.
Esta carrera es muchas veces un camino solitario, pero he aprendido a que hay que pedir ayuda, no ser tímido para escribir un correo electrónico y solicitar recursos, y procurar tener muchos mentores. Yo misma trato de ser una mentora para mis estudiantes y espero que sientan que siempre estoy ahí para apoyarlos. He aprendido además a ser humilde y aceptar que por más que uno estudie un tema, siempre puede aprender muchísimo de los demás. Por último, he tratado de cultivar un ambiente amable para las mujeres y las minorías en este campo del conocimiento, pues he visto que las condiciones no siempre son equivalentes para nosotras.
Pueden ver un poco más de mi historia en el vídeo (al final de esta historia) o en mi cuenta de Twitter donde comparto datos y recursos de astronomía, así como avances de mi investigación. Cierro con una anécdota que surgió hace poco. Los documentales que solía ver de niña me reflejaban una imagen distante de los científicos. Hoy me consultan de medios locales e internacionales para preguntarme aspectos de astronomía y física y me siento realmente orgullosa de haberme convertido en científica y ser de alguna manera el referente para otras personas en mi tema de investigación.
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VIDEO pendiente (!Lo subiremos muy pronto!)
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