Economía. "Sueños desde la Ventana."
Actualizado: 20 may 2023
Autora: Carolina Forero
Desde la ventana del apartamento de interés social en el que viví la mayoría de mi infancia en un barrio al occidente de Bogotá, soñaba con saber que había más allá de las montañas que rodeaban la ciudad. Lo más lejos que había llegado había sido Chinavita y Nocaima, dos pueblos del altiplano cundiboyacense de donde son mis padres quienes originalmente fueron campesinos como sus familias lo habían sido por generaciones. A pesar de las pocas palabras de aliento de familiares y vecinos, mis padres siempre creyeron que nada era imposible y nunca dejé de creer que vería el mundo desde lejos. Nunca pasamos hambre y siempre fui afortunada de poder ir a estudiar, primero a una escuela pública primaria en el barrio Garces Navas y luego bachillerato en el Colegio Cafam que hace parte de una caja de compensación de la ciudad.
Sin saber qué iba a estudiar, un día una profesora me preguntó qué quería ser cuando grande. Yo modestamente respondí que ministra, directora de un banco, o presidente de Colombia. Entonces terminé en la ruta de la economía. Mi mamá, que vendía ropa puerta a puerta, averiguó con una clienta sobre dónde era bueno ir a estudiar y aterricé en los Andes gracias a un crédito de largo plazo del Icetex y el apoyo económico de mi papá que era maestro de colegio público. Mis compañer@s siempre hablaban sobre sus constantes viajes al exterior y yo a veces tenía que decidir si fotocopiaba un libro o almorzaba una porción de pizza. Mi nivel inglés era pobre y aunque tomaba algunas clases en la universidad, no era suficiente para comunicarme bien. Soñaba cada día con estudiar en el exterior y ver el mundo desde fuera y sabía que si iba a buscar una beca tenía que superar la barrera del idioma.
Luego de graduarme y trabajar en entidades financieras, me puse a estudiar inglés lo más que pude y por año y medio estuve clavada estudiando para el GRE (un examen requerido para estudiar postgrado en USA). Hice mucho autoestudio, dejé de ver TV en español, leía noticias extranjeras todos los días, y pagaba unas clases. Luego tomar el GRE dos veces, casi que desisto de seguir pues no lograba el puntaje deseado a pesar de mis largos meses de estudio. Pero como a la tercera es la vencida, y luego de ganarme una beca de Fulbright, logré ir a estudiar una maestría en Asuntos Internacionales a la Universidad de Pittsburgh. Cuando llegué pensaba que sabía un montón de inglés, pero para mi sorpresa casi no me entendían y yo a veces me perdía en las conversaciones. Algunos hasta se burlaban de mí. Sin embargo, y luego de sobrevivir unas duras clases con profesores de muy alto nivel, aproveché unos cursos de escritura que daba la universidad y no dejé bajar mi promedio para mantener mi beca. Luego de lágrimas, frustraciones, y aprendizajes, me di cuenta de que la maestría era muy interesante y que, al superar mi barrera del idioma, la disfrutaba mucho. Al final de la historia me gradué con honores como la mejor estudiante en mi rama de especialidad: Política Económica Global. Esta experiencia que me tomó muchos años, apoyo y amor de mi familia, y convicción para seguir adelante, me demostró que ¡Sí se puede! Hoy en día tengo tres maestrías, dos de ellas de universidades en Estados Unidos y me desempeño como profesora de economía y negocios. También soy la creadora y coordinadora de la iniciativa ¡Sí Puedo!
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