Economía, política y negocios Internacionales. "Una Mirada al Mundo desde Varias Perspectivas."
Actualizado: 20 may 2023
Autora: Carolina Forero
Alguna vez cuando era niña, alguien se quejaba de lo costoso que era el dólar mientras hablaba en la tienda con mi mamá, quien, de otro lado, se quejaba de lo costoso que era endeudarse. Yo me quedé siempre con la duda de porqué esos eran problemas para mi mamá y la vecina, y que era lo que los creaba. En el bachillerato, me di cuenta de que los problemas económicos no pasaban solo en mi casa, sino que las familias de mis compañeras del colegio también luchaban por pagar las cuotas de crédito de sus casas. A veces compartíamos la lonchera cuando alguna de nosotras no tenía comida para al recreo. Aunque mis padres decían que todo era culpa de los políticos de turno, yo decidí que era mi misión entender lo que hacía que los problemas financieros ocurrieran.
Es así como aterricé en el estudio de la economía, soñando que algún día seria presidente de un banco o ministra de hacienda. Se me ocurría en ese entonces, que, si sabía las reglas de la economía, iba a ser fácil ajustarlas para que las cosas fueran menos difíciles para la gente. Además, me tocó sacar un crédito al Icetex para estudiar y quería saber si en el futuro iba a poder pagarlo. Al entrar a la carrera me di cuenta de que las reglas económicas eran simples, pero que al juntarlas las cosas se volvían complejas. Me gradué y, a pesar de haber sido buena alumna, me di cuenta de que sabía todavía muy poco de como un evento (dólar caro) lleva a otro (pobreza). Decidí estudiar una maestría en Economía para entender mejor. Entre más preguntas me hacía, más ecuaciones y matemáticas me tocó aprender. Mis primeros empleos se enfocaban en asesorar a inversionistas y empresas sobre como las tendencias económicas, industriales, e internacionales los podían afectar.
Sin embargo, con el tiempo descubrí que entender cómo se mueve la economía nacional no era suficiente para entender los ciclos económicos (bonanzas y recesiones). Evidentemente tanto las decisiones políticas como todo lo que pasa afuera de Colombia afectan la economía interna. Entonces me dediqué a buscar una oportunidad de estudios de maestría en el exterior sobre política pública y asuntos internacionales. Fue fascinante empezar a tener un panorama más completo de todo lo que lleva a una situación económica particular. Uno de los mayores aprendizajes fue el de entender que no se pueden controlar todas las variables de la economía y la política, especialmente en un mundo globalizado donde estamos interconectados. Es así como problemas económicos en Grecia pueden afectar la percepción de riesgo de inversión en Colombia, tan solo porque ambas son naciones en vías de desarrollo.
Sin duda que administrar la economía de un país y lograr impactar positivamente a la población requiere de un trabajo de equipo entre economistas y lideres políticos. Pero también requiere un excelente entendimiento de los negocios y la economía internacional por parte de los empresarios. Es así como decidí estudiar una Maestría enfocada en Negocios Internacionales. Aunque siempre me ha tentado entrar a un doctorado, pues adoro estudiar, por lo menos ya me siento mejor preparada para entender un asunto económico desde todos los puntos de vista y desde donde quiera que decida trabajar – gobierno, empresas privadas, bancos, universidades- planeo dar las mejores recomendaciones económicas y compartir mi conocimiento con las nuevas generaciones. Al final del día, una economía sana depende del trabajo de toda la sociedad.
Volviendo al tema del dólar, cuando este se pone muy caro, los costos de los insumos para producir (ej: hierro importado desde China para construir casas) o los precios de bienes finales que consumimos (ej: manzanas que se importan desde Chile) se incrementan. Las personas que viven en el país tienen que pagar más por la compra de vivienda, alimentos, ropa, libros, etc. Esos costos y precios suben casi inmediatamente, pues los empresarios en todo el mundo actúan rápido para no tener pérdidas al vender. Sin embargo, los salarios no se mueven a esa misma velocidad, en especial el salario mínimo. Al final del día, aquellos con menos poder adquisitivo que viven de lo que ganan en el día, tienen que comprar cosas más baratas o menos cosas. Es así como a raíz de un dólar más caro, la pobreza se incrementa en países como Colombia. La esperanza es que nuestros lideres políticos y económicos tomen las mejores decisiones posibles a partir de entender las cosas desde diversas perspectivas: “una buena decisión económica es la que se toma estando bien informado”.
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