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Foto del escritorCarolina Sharma

Lenguas Extranjeras "¿Qué tal si soñamos?"

Actualizado: 20 may 2023

Autora: Natalia Marín García


Belén Rincón, tal como su nombre lo indica, es un rincón en la ciudad de Medellín que no fue ajeno a las dinámicas sociales, culturales, económicas y políticas de los años 90. Ese lugar de montañitas y callejones me vio nacer. Una mujer de familia humilde, padres que tuvieron que venir de sus pueblos a la ciudad para encontrar trabajo y sobrevivir.


Mi infancia como la de muchos niños y jóvenes de la ciudad y del país, estuvo marcada por la violencia, los robos, la drogadicción, las muertes y todo tipo de desgracias que se vivieron en la época. Sin embargo, como buena colombiana, también estuvo rodeada de mucho amor familiar. Hay quienes dicen que de amor no se vive, y seguramente no, pero creo que el amor y la familia han sido uno de los grandes soportes en mi vida.


Mi padre, con un trabajo en el cual apenas ganaba un salario mínimo, luchó para sacar adelante a sus 2 hijas. Mi madre, como muchas mujeres de este país, decidió dedicar su vida a su familia, a la crianza de sus hijas y a ser el soporte de mi padre. Diría que cualquier ser humano, con las condiciones mías, tiene remotas posibilidades de acceso a muchos espacios, a una educación de calidad, a un trabajo digno, a privilegios o a lujos. Sin embargo, por gracia divina, amor, ganas, luz, y aún no sé qué fue, tuve la fortuna de que mi tía Gloria pagara un preuniversitario para que yo presentará el tan temido examen de la Universidad de Antioquia y pudiera estudiar una licenciatura en lenguas extranjeras.

Cuando me preguntan cómo aprendí lenguas y cómo tomé la decisión de estudiar una licenciatura en lenguas extranjeras, siempre digo que no sé pues la verdad es que yo no sabía qué quería estudiar. El día que me senté a inscribirme para presentar el examen de admisión, mi prima Marisol me preguntó qué me gustaba, y yo le dije que el inglés y viajar. Ella me guió con la importante decisión. Honestamente, nunca pensé que el centro de esta carrera era la docencia.


Cuando empecé la carrera, era una persona muy tímida e insegura. Lloraba por el hecho de no poder entender lo que decían mis profes y compañer@s en inglés o francés. Mi nivel de lectura era incipiente y me tomaba muchas horas entender los textos que debía leer para mis clases. Pero digamos que la dedicación, el esfuerzo, las personas bellas que me encontré en la universidad, y el apoyo de mi familia, entre muchos otros factores, me ayudaron a ganar confianza y a progresar en mi carrera, a la vez que “aprendía a ser profe”.


Debo enfatizar que el paso por la universidad abrió mi mente y mi mundo, a una persona de estrato bajo, educación pública, recursos escasos, no se le provee con muchas oportunidades en este país. Estoy segura de que mis compañer@s y profesor@s de la época podían leer de dónde venía. Sin embargo, sé que tod@s también valoraban que era un buen ser humano con valores que desarrollé: honestidad, dedicación, amistad, responsabilidad, y eso, más que mis conocimientos, me permitió conectar con personas que me brindaron posibilidades de trabajo y estudio.

Así que una vez me gradué, empecé a ejercer como profe en institutos de inglés. Inicialmente era una profe joven, de 23 años, intentando enseñar a niños y jóvenes algo valioso. Mi experiencia como profe ha sido el camino más hermoso que el universo podría haberme concedido, tengo que admitir que me enamoré de la docencia en el ejercicio mismo, no antes. Sin embargo, agradezco haber tenido ese encuentro divino.


Después de varios años de trabajo como profe, decidí hacer una maestría en la misma universidad, en la misma área: Enseñanza y Aprendizaje de Lenguas Extranjeras. Esta maestría me abrió paso a varias experiencias en otros países como Estados Unidos y Brasil y a vincularme como profesora de cátedra en la Universidad de Antioquia, en la licenciatura de la cual egresé. Hoy mis estudiantes están sentados en las sillas donde yo me senté, en dónde lloré y me sentí frustrada, y en donde conocí a mis grandes amigos y maestros. Hoy, ell@s, como yo, están soñando en su futuro, así como yo lo hice. Este es un regalo inimaginable que la vida me dio.


Ser profe de la Universidad de Antioquia me permitió postularme luego a una beca Fulbright para profes colombianos de inglés. Cada año eligen 5 profes que por sus cualidades tienen la posibilidad de ser profesor@s y asistentes de español en universidades en EEUU y además participar en eventos, estudiar, y tener un maravilloso intercambio cultural con otr@s proferor@s del mundo. ¡Suena increíble que yo haya sido una de ell@s!


Regresé al país hace algunos meses, porque la condición de la beca es volver al país a retribuir todo lo aprendido, y creo que es un acuerdo justo. Me encuentro cargada de muchos sueños, proyectos, deseos de transformar mi país un poco, de aportar a la educación, de trabajar para que otr@s niñ@s y jóvenes como yo tengan al menos una luz en el entendimiento de la importancia de estudiar para acceder a oportunidades que nos darán un poco más de bienestar en un país donde la inequidad se respira.


Sé que tod@s los que están leyendo mi historia se sienten identificad@s conmigo porque las personas de bajos recursos y de contextos vulnerables en nuestro país somos más. Te invito a que no solamente sueñes, sino a que trabajes por ese sueño. Estoy convencida de que a las personas como nosotr@s nos cuesta más, el camino es más largo y tedioso que para quienes tuvieron la fortuna de tener privilegios al nacer. Sin embargo, también estoy segura que nosotr@s podemos llegar a tener esas oportunidades que están hechas solo para personas que quieren, que trabajan, y persiguen sus sueños, que nunca se rinden, pero que ante todo, son excelentes seres humanos.


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